Es el inevitable ciclo natural y casi obligatorio por el que transcurren todos los regatistas.
Este viernes veíamos con algo de añoranza como dos magníficas regatistas, Lucía y Sara, recogían los que serían sus últimos trofeos cosechados en la clase Laser, cerrando así definitivamente su paso por esta gran familia.
Por otro lado, podemos observar como los chicos que terminan su etapa de Optimist, esperan con ilusión, ambición y esperanza, comenzar nuevas singladuras en un nuevo ciclo dentro del mundo de la vela.
Por un lado, nos dejan una brillantes regatistas y sobre todo buenas amigas, pero por otro lado comienzan en la clase nuevas incorporaciones de regatistas con los que seguro que terminaremos entablando una relación tan buena como con Sara y Lucía.
Al final te das cuenta, que es un bucle sin salida, del que de cada uno de los tramos te quedas con buenos recuerdos, y no deberíamos verlo como un inconveniente, sino quedarnos con la parte positiva que hemos recogido de cada experiencia, además siempre llegan nuevas oportunidades.
Al final te das cuenta, que es un bucle sin salida, del que de cada uno de los tramos te quedas con buenos recuerdos, y no deberíamos verlo como un inconveniente, sino quedarnos con la parte positiva que hemos recogido de cada experiencia, además siempre llegan nuevas oportunidades.
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